A los 16 años, Steve ya triunfaba en los escenarios locales de Dublín con sus primeras composiciones originales. Ambicioso y hambriento de éxito, a los 18 años dejó su trabajo fijo y decidió dedicarse a la música a tiempo completo. A Dublín le siguieron Nueva York, Bruselas, Ámsterdam, Berlín, Stuttgart, Bamberg, Viena, Zúrich, Estocolmo y muchas más.
El abanico estilístico de Steve abarca desde el rock nítido, enérgico y palpitante hasta el folk groovy y las baladas bluesy y congraciadoras.